Hace poco mi amigo y yo comentábamos
sobre el poder de la fotografía para ayudarnos a recordar escenas de nuestra
vida que tal vez creíamos perdidas. También coincidimos en que es la mejor
manera de mostrar nuestra cosmovisión, pues, como es sabido, cada quién toma un enfoque diferente para describir su
vida, su historia y sus gustos; así, hay personas que prefieren los grandes
paisajes y otras que se inclinan por destacar los ejemplares más pequeños. Algunas
personas han heredado el interés y el amor por la fotografía de sus padres y/o
abuelos, y otras quienes han descubierto su afición por este hermoso arte un
poco después, gracias a su capacidad autodidacta.
Encontré
algunas muestras muy valiosas de
fotografía (las cuales me dieron la idea para este post), gracias a un
compañero de clase que me prestó una revista en la que se publican trabajos de
algunos de los fotógrafos más célebres de la época. Sin embargo, me sucedió
algo muy curioso en mi aventura por conocer más sobre una de mis grandes
aficiones: en la fotografía también ocurre que citamos sin citar; es decir, coincidir en una idea con un autor famoso sin siquiera saberlo; he aquí dos muestras maravillosas de aquello:
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Vega García. Bulgaria, ida y vuelta. |
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Erika Molina. Mi diario de viaje. Not seventeen anymore. |
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Alex Webb. Palapampa, Perú.
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Afiche del I Festival de Cine La Orquídea , Cuenca.
La fotografía, en síntesis, es nuestro diario en imágenes, es todo cuanto vemos y sentimos, lo que forma parte de nosotros y queremos dar a conocer a nuestra estirpe. De esta manera, he llegado a la conclusión de que lo único que queremos, la mayoría de los fotógrafos, profesionales o aficionados es esto: recordar e imprimar. Recordar lugares, momentos, rostros, paisajes... Tenerlos congelados para siempre en ese instante, atesorarlos en la bóveda del tiempo que es nuestra memoria y de paso, dejar la huella de nuestra cosmovisión en este tiempo. por tanto, una fotografía no es solamente la imagen impresa y tangible, es una muestra de vida, el momento, el tiempo y la sensación que creíamos haber dejado atrás. Quien no tuvo un flashback al ver una fotografía suya de años atrás, es alguien que, probablemente, no le de a la fotografía su debida importancia como memoria, y también, curiosamente, es muy probable que tenga problemas para recordar algunas cosas.
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