(Primera Parte)
¿Quién no ha escuchado y seguido el ritmo de algunas canciones de The Beatles? ¿Alguno de ustedes no ha encontrado, en lo más recóndito de su hogar, por lo menos uno de sus discos? ¿No han deseado alguna vez tomarse una foto con sus amigos, tal como la célebre portada del disco Abey Road? (en la que se ve a The Beatles cruzando la calle) ¿Acaso no han coreado alguno de sus ˈhimnosˈ como: Let it Be, Yesterday, Strawberry Fields o Hey Jude? Si han respondido afirmativamente a la mayoría de estas interrogantes, entonces son fanáticos del grupo, o por lo menos han escuchado de él. En estas entradas regresaremos unos cuantos años en el tiempo para echar un vistazo a esta maravillosa agrupación, digna de su acogida y fama mundial, especialmente en la época de los años sesenta que, aunque no lo crean, hasta el momento cuenta con grandes admiradores, incluyendo a la que escribe estas líneas.
Nuestra historia tiene lugar en Inglaterra (Sí, la tierra de los más grandes y mejores músicos, según mi punto de vista, claro) en el año de 1957 cuando, por avatares del destino, Paul McCartney y John Lennon se reunieron por primera vez en un recital en The Quarrymen, en la ciudad de Liverpool. Al poco tiempo conocieron a George Harrison, quien formaría parte de la banda posteriormente, ya que era más joven que ellos. Cuando George decide incorporarse, forman el primer grupo llamado The Silver Beatles, con Pete Best y Stuart Sutcliffe. Tuvieron su primera presentación en Hamburgo, donde tocaban su música más o menos unas ocho horas diarias. Durante este lapso conocen a una fotógrafa llamada Astrid Kirchner, la misma que les enseñó un tipo de peinado con flequillo que hasta nuestros días mantiene su fama y se conoce, incluso, con el nombre de Peinado Beatle (¡gracias Astrid, te amamos!). Para entonces, el grupo ya se llamaba The Beatles. Después de su estancia en Hamburgo, la agrupación decide regresar a Liverpool, y realizan una presentación en un lugar llamado The Cavern. Ese fue el momento en que Brian Epstein quedó anonadado con su música y les propuso ser su manager. Después de algunos rechazos por parte de las casas disqueras, Epstein por fin les consigue unas pruebas en la Parlophone, una sucursal de la EMI.
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