Stop. Luz roja. Cruzo dirigiéndome hacia el centro, tengo que subir las escalinatas. El puente está cerrado, lo cual sorprende mucho; frente a mí, una inscripción en un letrero grita: DESPACIO. Sin pensarlo dos veces, saco mi cámara del bolso: tomo una fotografía, otra, otra... Voy caminando por la calle, todos me miran debido a que les parece extraño que alguien use un suéter azul celeste en una tarde soleada. Yo camino sin que me importe, pero sé que están pensándolo. Me encuentro con una buena amiga, conversamos por unos minutos y ella se va, mientras yo avanzo hacia mi lugar de destino. estoy cerca, llego hasta el café francés que está frente al parque; un hombre extranjero de mediana edad se encuentra escribiendo, sentado en el lugar de la ventana que da hacia la calle; me mira con su expresivos y luminosos iris celestes... creo que aparecí en su cuento o en la entrada de algún diario, tal vez sea un admirador de Hemingway o de Cortázar. paso por el supermercado y compro un café helado. Cuando regreso, para sentarme en la banca verde del parque, - la que permite mayor acceso al viento y a la vista - el hombre de la ventana ya no está; en su lugar se encuentra un joven. Yo me tomo el café a sorbos mientras escribo esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario